El Perú no está preparado para resistir terremotos
A propósito del violento sismo que padeció Lima hace unos días, el Instituto Geofísico del Perú, recordó que a nivel mundial, Perú es uno de los países con mayor potencial sísmico debido a que forma parte del denominado Cinturón de Fuego del Pacífico, región donde la Tierra libera más del 85% de la energía acumulada en su interior debido a los procesos de convección del manto.
La infraestructura
Ante ello, ¿el país cuenta con infraestructura adecuada para resistir un desastre sísmico de gran magnitud? Para el profesor de la Universidad de Piura y especialista en Ingeniería Geotécnica, Germán Gallardo, a nivel país, el Perú no está preparado para afrontar un terremoto, pues hay una economía informal que desemboca en muchas construcciones informales sin contar con diseños geotécnicos, estructurales y arquitectónicos hechos por profesionales.
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“Hace falta mayor control por parte de las autoridades municipales y también mayor intervención de los colegios profesionales para que revaloren el rol decisivo de ingenieros civiles”, señala. Por otro lado, el magíster Juan Carlos Atoche, profesor de la Facultad de Ingeniería de la UDEP, refiere que, aunque se ha avanzado mucho en la gestión del riesgo sísmico, no somos un país resiliente.
“Sectores esenciales como el de Salud y Educación han diseñado estrategias para reducir la vulnerabilidad de sus edificaciones y asegurar la continuidad de sus servicios; sin embargo, la implementación avanza a paso lento o no cuenta con el apoyo político necesario para priorizarlas como parte de una visión a largo plazo”. De darse un terremoto de alta intensidad, toda
vía hay miles de edificios educativos y de salud que quedarían inoperativos o que colapsarían matando a sus ocupantes. A esto, agregan ambos especialistas, se suma la antigüedad de muchas viviendas que ya cumplieron su vida útil y que deben demolerse porque son muy vulnerables. El problema es que en este tipo de casas todavía vive mucha gente, lo cual refleja que también es un tema social.
Diseño y construcción
En las viviendas, el riesgo sísmico es una combinación de dos factores: la amenaza y la vulnerabilidad. La amenaza sísmica más alta en algunas zonas de la región es el tipo de suelo ya que hay suelos licuables muy malos para construir, menciona el ingeniero Atoche.
El especialista en Ingeniería Geotécnica, German Gallardo, sugiere que antes de levantar una vivienda se debe hacer un estudio del suelo para definir la profundidad de la cimentación, la poca capacidad del suelo, las dimensiones de las losas de cimentación, entre otras. Por ello, explican que es importante diseñar y construir adecuadamente, con la ayuda de un equipo técnico calificado que sepa identificar las amenazas y la vulnerabilidad del área.
El diseño, sostiene el ingeniero, debe ser elaborado por un equipo de especialistas calificados ( arquitecto, ingeniero estructural, ingeniero sanitario, ingeniero eléctrico), que logren las cualidades técnicas para proteger la vivienda frente a un sismo. Asimismo, comenta Gallardo que la calidad del diseño se debe reflejar en los techos, vigas, columnas, escaleras o ascensores de esa propiedad, pues con ello se dará garantía de que, ante un gran peligro, la estructura no colapse.
En cuanto a la construcción, el magíster Atoche dice que luego de que en los planos se haya indicado todas las especificaciones técnicas, el constructor debe proporcionar la calidad de los materiales y del proceso constructivo para que todo lo que figura en los planos, se constituya en una vivienda de buenas condiciones. “Si no se usan materiales ni técnicas constructivas adecuadas, podremos tener una vivienda estéticamente muy bonita, pero llena de deficiencias estructurales”.
Papel del gobierno
Para hacer frente a esta situación, el país necesita del trabajo conjunto del gobierno central, regional y local. El gobierno central debe desarrollar estudios de riesgo sísmico a nivel nacional que permiten cuantificar las pérdidas sísmicas para cada uno de sus sectores sociales y productivos; y, conociendo el nivel de riesgo, cada sector tiene que planificar la estrategia con la que se priorice las inversiones multianuales para reducir el riesgo en las infraestructuras que lo concentren, comenta Atoche.
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