Ciudadana peruana perdió la vida en ataque armado a futbolista en Guayaquil: ¿De quién se trata y como pasó?
La tarde del miércoles 17 de diciembre se registró un ataque armado en el norte de Guayaquil que dejó dos personas fallecidas y conmocionó a los vecinos del sector Samanes 4. La balacera ocurrió en los exteriores de una carnicería y tuvo repercusión internacional al confirmarse que una de las víctimas era un futbolista profesional, mientras las autoridades avanzan con nuevas identificaciones y líneas de investigación.
Investigación en curso y precisiones sobre las víctimas
En un inicio, la atención mediática se enfocó en el futbolista Mario Pineida, jugador del Barcelona SC. No obstante, con el avance de las investigaciones se confirmó que la segunda víctima fue Guisella Fernández Ramírez, ciudadana peruana de 39 años, quien se encontraba junto al deportista cuando los atacantes abrieron fuego.
De acuerdo con la versión oficial, los sicarios llegaron a bordo de motocicletas y se dirigieron sin rodeos hacia las víctimas, lo que refuerza la hipótesis de un ataque planificado. En el lugar también se encontraba la madre del futbolista, quien resultó herida por impactos de bala y fue trasladada de emergencia a un centro de salud, donde permanece bajo observación médica.
La identificación de Fernández Ramírez amplió el análisis del entorno de las víctimas. Las autoridades indicaron que residía en Ecuador desde hace varios años y mantenía un vínculo cercano con Pineida, por lo que se evalúan posibles antecedentes o conflictos, aunque hasta ahora no se han confirmado amenazas directas.
En la confusión inicial circularon versiones erróneas sobre la identidad de la mujer fallecida, llegando a señalarla como la esposa del futbolista. Esta información fue desmentida públicamente por Ana Aguilar, quien aclaró:
"(...) la esposa soy yo, madre de sus tres hijos, y me encuentro con vida", con el fin de frenar datos incorrectos.
El testimonio de la madre y el clamor por justicia
El impacto del crimen trascendió lo policial y alcanzó al entorno familiar de Guisella Fernández Ramírez. Su madre, Mirtha Ramírez, declaró a medios ecuatorianos, visiblemente afectada, y negó de forma categórica que su hija hubiera recibido amenazas de muerte antes del ataque.
"Mi hija no tenía enemigos, no andaba escondiéndose ni con custodios", afirmó la mujer, quien pidió que las investigaciones se desarrollen con celeridad y transparencia. Ramírez también expresó su exigencia de justicia y responsabilizó al sistema de esclarecer lo ocurrido. "Lo único que yo sé que todo lo que se hace acá, se paga. Que se haga justicia", agregó, en referencia al asesinato perpetrado por dos sicarios a plena luz del día.
Por otro lado.el fallecimiento de Fernández Ramírez causó impacto en Ecuador y Perú. Sus familiares señalaron que en los últimos meses habría recibido amenazas, aunque optó por permanecer en Ecuador junto a sus hijos y su pareja.
"Ella estaba muy amenazada, pero se confió", señaló la tía en Perú. Sin embargo, la madre de la joven descartó esta versión.
Mientras tanto, la Policía continúa recopilando testimonios, analizando cámaras de seguridad del sector y realizando peritajes balísticos para identificar a los responsables. El caso sigue en desarrollo y mantiene en alerta a las autoridades, que no descartan ninguna hipótesis.
En conclusión, el doble homicidio en Samanes 4 vuelve a evidenciar la violencia armada en espacios públicos y su impacto humano. Más allá de la notoriedad de una de las víctimas, el caso refleja el dolor de las familias que exigen respuestas, mientras Guayaquil espera que la investigación esclarezca las motivaciones del ataque.