KIEV. Al borde de las vías en Kiev, los avisos publicitarios hacen desfilar con calma bajo un sol resplandeciente las mismas frases en ruso: “¡Soldados rusos, váyanse al carajo!”. “No se conviertan en asesinos”. “¡Regrésense!”.
Desde sus trincheras y barricadas erigidas en unos días, los habitantes de la capital ucraniana aseguran el lunes estar listos a “dar la lección” de su vida al enemigo. Un viejo auto Lada, dos botes de basura, un armario: los habitantes toman todo lo que se encuentra a mano para construir barricadas improvisadas, esperando frenar el avance de los tanques rusos.
“Los recibiremos con cócteles Molotov y balas en la cabeza, así los recibiremos”, asegura debajo de uno de esos avisos Viktor Rudnichenko, empleado bancario. “Las únicas flores que recibirán de nuestra parte serán para sus tumbas”, agrega este hombre de unos 30 años, que salió por provisiones, cuando el toque de queda fue levantado ayer.
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CORTA PAUSA
Esta corta pausa, gracias a las negociaciones en curso entre ambos países en la frontera bielorrusa, da tiempo a los habitantes de Kiev, después de la conmoción de las primeras ofensivas contra su ciudad, para organizar su defensa.
“Oye Putin, nuestra tierra será su tumba” La capital adquirió en solo cuatro días reflejos de zona de guerra. ]En los puntos de control, donde cualquier vehículo es revisado, la gente se saluda con un “Slava Ukraina!” (Viva Ucrania) a lo que se responde “¡A los héroes de Ucrania!”, fórmula patriótica que sirve ahora de salvoconducto. Otro conductor agrega “¡Muerte a los moscovitas!” y vuelve a arrancar rápidamente.
TODOS DEFIENDEN
Los batallones de soldados ucranianos, ocupados en rechazar la ofensiva rusa en las puertas de Kiev, son escasos en la capital. Pero sí se ven voluntarios de la “defensa territorial” y civiles armados. Llegados en bus, decenas de ellos acaban de ser llamados para instalar un punto de defensa en el barrio de Obolon, en el norte de Kiev, que ya fue atacado por los rusos.
Abajo de las torres residenciales construidas en la era soviética, una unidad de voluntarios uniformados trabaja y coloca sus materiales en un área de juego infantil. A lo largo de la acera, fueron cavadas varias trincheras profundas de dos metros de hondo. A la entrada del dispositivo, un vehículo de obras públicas levanta y coloca bloques de cemento.
“Rusia no está en su casa aquí, nunca lo fue”, dice un hombre desde el fondo de una trinchera y promete que “nuestra tierra será su tumba”.
NEGOCIACIÓN EN NADA
Ayer, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, instó a vetar a Rusia de “todos los puertos” y “aeropuertos del mundo” en represalia por la invasión de Ucrania. “Hay que cerrarle la entrada a un Estado así en todos los puertos, todos los canales y todos los aeropuertos del mundo”, declaró Zelenski en un video publicado en Facebook, en el que también pedía a la comunidad internacional que “considere el cierre total del cielo a los misiles, aviones y helicópteros rusos”.
“Ese mal debe ser frenado inmediatamente. Y destruido económicamente,
para mostrar que la humanidad es capaz de defenderse”, subrayó el
presidente ucraniano.
BOMBARDEOS RUSOS
Zelenski también denunció los bombardeos rusos que apuntaron contra el territorio ucraniano ayer mientras dos delegaciones -una rusa y otra ucraniana- se reunieron por primera vez, en Bielorrusia, desde el jueves, cuando empezó la invasión.
“Esas conversaciones tuvieron lugar con los bombardeos y los disparos contra nuestro territorio de fondo. La sincronización de los tiros con el proceso de negociaciones era evidente”, declaró.
“Creo que, de este modo simple, Rusia intenta meterle presión” a Kiev, consideró Zelenski. “No pierdan el tiempo”, añadió, en alusión al gobierno ruso. Según el presidente ucraniano, su país “no obtuvo el resultado que le hubiera gustado” en la primera ronda de negociaciones ayer, pero mencionó sus “contrapropuestas para poner fin a la guerra”. Las delegaciones acordaron celebrar una “segunda ronda” de negociaciones.
