Los equipos de rescate intentaban ayer por cuarto día consecutivo sacar con vida a un niño de cinco años que cayó en un pozo en un pueblo en el norte de Marruecos, una operación que tiene en vilo al país.
El niño cayó accidentalmente el martes por la tarde en un pozo seco, estrecho y de difícil acceso, excavado cerca de la casa familiar en la aldea de Ighrane. Los rescatistas llevaron oxígeno y agua al fondo del estrecho pozo, lo que sugiere que Rayan aún está vivo, según los medios locales.
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El trajín de máquinas desplegadas para despejar el terreno alrededor del pozo de 32 metros de profundidad seguía en el lugar de la tragedia, una aldea cercana a la ciudad de Bab Berred, en la provincia de Chefchaouen.
HAY ESPERANZA
Según las autoridades locales, los equipos de rescate están realizando los últimos trabajos de perforación vertical para llegar al fondo del pozo. Al mismo tiempo, están estabilizando el terreno circundante para poder excavar un túnel horizontal de tres metros para sacar al niño, evitando poner en peligro a los socorristas.
Estas complejas operaciones se llevan a cabo bajo la supervisión de ingenieros, topógrafos y equipos de protección civil. Pero esta fase del rescate es delicada por el riesgo de desprendimientos debido a la naturaleza del suelo, ya que algunas capas son arenosas y otras rocosas.
“Ya casi hemos llegado. Llevamos tres días trabajando duro. Nos estamos cansando, pero todos los equipos de rescate están resistiendo a pesar de las circunstancias imprevistas”, dijo Abdesalam Makoudi, jefe de obra, quien tiene esperanza de hallarlo con vida.