La modelo Shirley Arica compartió detalles sobre su complicada relación con su padre en la reciente edición de 'El Valor de la Verdad'. En la entrevista, reveló que su infancia estuvo marcada por el abandono paterno, lo que dejó una huella profunda en su vida personal y emocional.
La difícil relación de Shirley Arica y su padre
Shirley contó que su padre la dejó cuando tenía aproximadamente ocho años, dejando a su madre a cargo de su crianza. Durante años, su padre estuvo ausente y no mostró interés en su bienestar. Esta falta de apoyo afectó su infancia y la hizo sentir el vacío de su figura paterna.
"Mi papá no se aportó muy bien conmigo, que digamos. Y yo no entiendo cómo una persona puede abandonar así, de la nada, a su hija. ¿Me entiendes? De que no se preocupó por mí muchísimo tiempo. Dejó a mi mamá su suerte. Obviamente, mi mamá fue quien me sacó a mí adelante", confesó.
Las festividades y momentos importantes fueron especialmente difíciles para ella. Durante la Navidad, deseaba poder reunirse con su padre, pero nunca sucedió. En su adolescencia, uno de los episodios más tristes fue su fiesta de quince años, cuando su padre le prometió asistir y no cumplió con su palabra.
"Pero yo, pasé Navidades llorando. Obviamente, a la hora que ponía el niño en el nacimiento siempre le pedía como un deseo a que mi papá venga. El día de mis 15 años también me dejó plantada", reveló entre lágrimas.
El impacto en su vida
Ante su ausencia, su abuelo asumió un rol importante en su vida, acompañándola en ocasiones significativas. Aunque recibió amor de su familia, nunca dejó de sentir la falta de su padre. Su experiencia la marcó y, con el paso de los años, ha reflexionado sobre el impacto de su ausencia en su desarrollo emocional.
Hoy en día, como madre, Shirley ve su infancia con otra perspectiva. Aunque ha intentado seguir adelante, los recuerdos de la ausencia paterna siguen presentes. Su historia es un testimonio de cómo la falta de un padre puede afectar la vida de una persona, dejando heridas que pueden perdurar en el tiempo.
Es así que, la historia de Shirley Arica refleja el impacto que puede tener la ausencia de un padre en la vida de una persona. A pesar de los años, los recuerdos siguen presentes, demostrando cómo las heridas emocionales de la infancia pueden perdurar en la adultez.