El asesinato de dos trabajadores sexuales de nacionalidad ecuatoriana en pleno Centro de Lima, ha destapado una enorme red de corrupción que amenaza, extorsiona y abusa sexualmente de las mujeres que ejercen el oficio más antigüo del mundo en las calles limeñas y otros distritos.
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El crimen de la mujeres que ofrecían sus servicios en la cuadra 7 del jirón Zepita a escasas tres cuadras de la Prefectura de Lima y del complejo policial de la Dirincri, según investigación preliminar, se debió a la negativa de pagar cupos de 300 soles semanales.
ENORME RED
Angela Villón, presidenta del colectivo de las trabajadores sexuales, denunció que las muchachas vienen siendo amenazadas de muerte, incluso hasta ella misma, por hacer pública la existencia las mafias de venezolanos que se han adueñado del negocio del meretricio callejero. “Nadie quiere hablar, todas tienen miedo, solo nos comunicamos por los grupos de Whatsapp a través de los celulares con las chicas que laboran en Lima, Lince, Ceres, y Fiori en Los Olivos, les exigen 30 soles diarios o 300 soles semanales, bajo amenaza de muerte”, precisó.
Villón, que fue candidata al Congreso y durante los últimos años se ha dedicado a la defensa de estas mujeres, reveló que los agentes de la Policía y personal de la Municipalidad de Lima, siempre las han extorsionado. “Les piden favores sexuales a cambio de dejarlas trabajar”. Sus constantes denuncias han caído en saco roto, dice. “No pasamos de la puerta de la comisaría, hace dos semanas fuimos a la Defensoría del Pueblo y nada”, contó, tras indicar que están cansadas que nadie les haga caso, especialmente los políticos.
