El matrimonio de Juliana Ferreira y Víctor Hugo de Souza en Brasil sufrió más de un inconveniente, pero aún así pudieron dar el “sí”. El vehículo que originalmente iba a llevarla a la playa se averió el día anterior y unos amigos le prestaron el suyo, sin esperar que también fallaría.
Por mucho que una pareja se anticipe a organizar su matrimonio para que cada detalle salga como desean, igual suelen pasar ciertos inconvenientes que causan atrasos y le dan más “emoción” al momento.
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Que el clima no sea favorable, que los trajes se estropeen, que la persona que los va a unir no vaya, y otras cosas pueden pasar en el día clave, incluso que el auto de la novia quede varado estando lejos del recinto. Esto último fue lo que le pasó a Juliana Ferreira en Bertioga, São Paulo (Brasil) y tuvo que contar con la ayuda de sus padrinos de boda para llegar a tiempo a la ceremonia.
La boda iba a realizarse en la playa de Enseada del país, pero el auto que iba a llevar a la novia hasta el lugar se averió y los dueños de un Beetle azul se lo prestaron para aquel día. Sin embargo, nadie esperaba que este también fallara y se quedara detenido en medio de la calle
Juliana llamó a su prometido Víctor Hugo de Souza para pedir ayuda, y él envió a los padrinos de la boda para que empujaran el vehículo, con ella dentro, para llegar a tiempo a la ceremonia.
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Un rato después fue otro vehículo para remolcar el auto y la cuerda que los unía se rompió, pero gracias a que estaban cerca de la playa, solo necesitaron la ayuda de alguien más.
A pesar de todo, Julianna y Hugo supieron enfrentar estos problemas y no dejaron que arruinaran su día especial, incluso la cuñada de la mujer pudo hacer otro pastel igual de hermoso.
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