Costa Rica
Un gato fue capturado por las autoridades penitenciarias de Costa Rica tras ser utilizado por una banda de narcotraficantes para ingresar droga a la cárcel de Pococí. El insólito hecho ocurrió el pasado 6 de mayo durante una inspección nocturna de rutina en los alrededores del penal y el felinl fue apodado como el 'Narco Michi'.
Gato se vuelve viral por llevar droga
Los agentes detectaron al animal mientras deambulaba cerca del perímetro del recinto. Al observar un bulto extraño en su lomo, decidieron intervenir. El felino, de pelaje blanco con manchas grises, fue atrapado cuando intentaba trepar una reja, momento en el que confirmaron que llevaba dos paquetes adheridos con cinta industrial.
Tras su captura, el gato fue trasladado a una zona segura dentro del penal. Allí, personal especializado retiró cuidadosamente los envoltorios, los cuales contenían 235 gramos de marihuana y casi 68 gramos de pasta de crack. También se hallaron pliegos de papel para la elaboración de boletas de droga.
El operativo llamó rápidamente la atención en redes sociales, donde el animal fue apodado "narcomichi". El caso reavivó el debate sobre los métodos cada vez más creativos de los criminales para evadir los controles de seguridad, aprovechando el comportamiento natural de los animales domésticos.
El felino quedó a cargo del Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa), donde fue sometido a una evaluación veterinaria para descartar daños físicos. Mientras tanto, las autoridades penitenciarias continúan investigando quién está detrás del intento de ingreso de sustancias ilegales al penal de Pococí.
Hasta el momento, no se han revelado nuevas pistas ni detenidos vinculados al caso. Sin embargo, el incidente ha generado preocupación sobre las vulnerabilidades del sistema carcelario y la necesidad de reforzar la vigilancia para impedir el uso de animales como herramientas del narcotráfico.
Casos famosos similares
A lo largo de los años, las bandas delictivas han utilizado animales para transportar drogas y evadir controles policiales. Se han registrado casos con palomas mensajeras, burros y hasta perros entrenados para llevar sustancias ocultas en mochilas o en sus cuerpos mediante cirugía. La creatividad criminal no tiene límites.
En Colombia, una vez se hallaron cápsulas de cocaína en el estómago de cachorros de labrador. En Brasil, burros fueron cargados con grandes cantidades de marihuana en zonas rurales. Incluso se han documentado aves entrenadas para volar entre cárceles con pequeñas bolsas de droga atadas al cuerpo o escondidas entre sus plumas.
El más reciente caso ocurrió en Costa Rica, donde un gato fue capturado con marihuana y crack adheridos a su lomo. El animal intentaba ingresar al penal de Pococí. El hecho reabrió el debate sobre el uso de animales en el narcotráfico y los riesgos que esto implica.
