Matías Pereyra, un pescador de 24 años, vivió una angustiosa experiencia el pasado domingo cuando cayó al mar mientras pescaba en las aguas del Océano Atlántico, cerca de la costa de La Pedrera, en Rocha, Uruguay. El joven se encontraba junto a dos amigos a bordo de la embarcación de pesca artesanal María Ximena.
Tras caer al agua, Pereyra trató de llamar la atención de sus compañeros, pero el ruido del motor de la embarcación hizo imposible que lo escucharan. Al darse cuenta de que no podía ser rescatado por su equipo, el pescador tomó una decisión crucial: nadar hacia la orilla para sobrevivir. Aunque el mar estaba agitado, él sabía que debía llegar a la playa si quería mantenerse con vida.
¿Cómo sobrevivió?
Sus amigos, al notar su ausencia, rápidamente informaron a la Prefectura de La Paloma sobre la desaparición del joven. El operativo de rescate comenzó a las 17:55, con la participación de varias embarcaciones de pesca artesanal y equipos terrestres que rastrearon tanto el mar como la zona costera.
La búsqueda se extendió por más de dos horas sin éxito. Sin embargo, a las 20:15, las autoridades recibieron la noticia de que Pereyra había logrado llegar por sus propios medios a la playa del Barco, a unos 9 kilómetros del lugar donde había caído al mar. Aunque estaba en estado de shock, el joven no presentaba heridas graves, por lo que fue trasladado a una policlínica cercana para su evaluación médica.
La comunidad de La Pedrera reaccionó con alivio y alegría al enterarse de su regreso. Un video compartido en redes sociales mostró a los residentes del balneario celebrando su aparición en la costa. Pereyra, aunque exhausto y agotado, fue recibido por su familia y amigos, quienes se mostraron aliviados de verlo a salvo.
En una rueda de prensa posterior, Pereyra relató cómo había caído al agua al intentar ponerse un abrigo debido a las salpicaduras del mar. Durante la larga travesía hacia la orilla, sufrió varios calambres, pero su determinación y la ayuda de las corrientes del océano fueron clave para lograr llegar a la costa.
El pescador destacó que, si el mar hubiera estado en calma, su situación habría sido mucho más difícil. Afortunadamente, la mar lo ayudó a mantenerse a flote y, de no haber sido por las olas, podría haber tenido un destino muy diferente.
La historia del pescador Matías Pereyra es un ejemplo de valentía y supervivencia, que conmovió a toda la comunidad local y resalta la importancia de la resiliencia en momentos de extrema adversidad.